MEDICINA REGENERATIVA Y LA HEMORRAGIA INTRACEREBRAL (ICH)
Las células madre, particularmente células madre mesenquimales derivadas del tejido graso, han mostrado beneficios celulares, morfológicos y funcionales en modelos que sufren de hemorragias subaracnoideas. No obstante se requieren estudios adicionales para dilucidar los efectos de la terapia con células madre para la hemorragia subaracnoidea por aneurisma. Estos efectos de las células madre mesenquimales (MSC) son bien conocidos que tienen efectos beneficiosos sobre la hemorragia intracerebral (ICH) en estudios anteriores. Los mecanismos terapéuticos son principalmente la proliferación, la diferenciación y la inmunomodulación. En el grupo de tratamiento con células madre, mostraron que por vía del tejido graso, las células madre emigraron a lesiones peri-regiones y los factores de crecimiento, para aumentar la neurogénesis después del accidente cerebrovascular hemorrágico intracerebral. Llegamos a la conclusión de que la administración de BMSC es un tratamiento efectivo para el accidente cerebrovascular hemorrágico intracerebral, y que mejoraron los efectos neurodegenerativos y promovió la recuperación neurológica funcional después del accidente cerebrovascular hemorrágico intracerebral. En general, la investigación apoya la estrategia terapéutica potencial para la terapia de trasplante de células madre contra el accidente cerebrovascular hemorrágico. Consistentemente, hemos encontrado un efecto anti-inflamatorio importante de las células madre mesenquimales en el cerebro con accidente cerebrovascular hemorrágico (ICH), incluyendo una disminución de la infiltración de neutrófilos y la activación microglial en la zona peri-ICH, y regulación por disminución de los mediadores inflamatorios, tales como la interleuquina Flk-1 (+) (IL ) -1β, IL-2, IL-4, IL-6 y el factor de necrosis tumoral (TNF) -α. Además, Flk-1 + el tratamiento con ADSC aumentó significativamente la densidad vascular en la zona peri-ICH, en la vasculatura cerebral 55 días después del trasplante. En general, estos datos sugieren un papel esencial en la reducción de la infiltración inflamatoria, la promoción de la angiogénesis, y la mejora de la recuperación funcional después de ICH.
